Rodrigo Harrison, PHD Georgetown University: “Ley de Fármacos II no va a satisfacer expectativas del consumidor”

El economista de la UAI encabezó un equipo que estudió el proyecto que se tramita en el Congreso, concluyendo que algunas indicaciones -como la prescripción exclusiva por DCI- no se traducirían necesariamente en menores precios, sino que preservarían la alta concentración y baja competencia del sector farmacéutico.

Bajar el precio de los medicamentos es el objetivo final de la Ley de Fármacos II que hoy está en segundo trámite y se discute con suma urgencia en el Congreso. Para lograr este objetivo se han introducido una serie de indicaciones al proyecto original como, por ejemplo, la modificación al Artículo 101 del Código Sanitario que obliga al médico a recetar “exclusivamente” por Denominación Común Internacional (DCI) y prohíbe el nombre de fantasía o marca en la receta.

Sin embargo, esta modificación y otras incorporadas al cuerpo legal no contribuirían necesariamente a reducir los precios. Así lo reveló el estudio “Análisis de la situación competitiva de la industria farmacéutica chilena y las implicancias de la Ley de Fármacos II”, realizado por un grupo de economistas que lidera Rodrigo Harrison, PhD de la Universidad de Georgetown y académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Entre otras conclusiones la investigación destaca que recetar sólo genéricos (DCI), a diferencia de lo que se espera, preservaría los problemas actuales del sector farmacéutico, marcados por una alta concentración en el retail y una baja competencia en la distribución. En ese contexto, lo recomendable sería que el proyecto de ley apuntara a corregir las distorsiones del mercado, producto de la integración vertical, y a promover iniciativas que permitan el ingreso de nuevos competidores al mercado.

Para hablar sobre sobre este tema, conversamos con el economista Rodrigo Harrison.

¿Qué opinión tiene sobre la modificación al artículo 101 que prohíbe a los médicos prescribir por nombre de fantasía y recetar sólo DCI?

En términos regulatorios, cualquier prohibición debe basarse siempre en el efecto negativo que una determinada práctica o hecho provoque en el mercado. Al prohibir las marcas uno tiene que estar muy seguro que éstas están teniendo un efecto negativo, por ejemplo, en el precio o calidad de los medicamentos, ya que el ideal es que los mercados funcionen libremente, para promover la competencia. En ese sentido, no existe tal evidencia. Lo que hay es un pensamiento de que si se generiza todo, bajarían los precios, situación que también podría obedecer a la integración vertical que existe en el mercado.

La gran promesa de la Ley de Fármacos II es bajar el precio de los medicamentos, ¿eso no sería así? 

Lo que hay que analizar es cómo la generización de los medicamentos, con las condiciones del mercado actual, va a producir menores precios. Si hay integración vertical significa que hay laboratorios que pertenecen al retail y si hay solo competencia de genéricos la pregunta es ¿cuál es el incentivo del laboratorio integrado verticalmente a comprar o tener presencia de fármacos de otros laboratorios diferentes al suyo? Por lo tanto, uno pensaría que se va a concentrar la venta en genéricos del propio laboratorio del retail. Eso entrega poder de mercado a las cadenas de farmacia y podría ocurrir lo contrario a lo que se espera con la ley que, en lugar de bajar los precios, estos subieran.
Lo que hay que lograr es un mercado más competitivo.

¿Cómo se alcanza un mercado más competitivo?

Estableciendo estrategias para que nuevos competidores ingresen al mercado. Por ejemplo, hoy tenemos los casos de muchas farmacias independientes que han abierto sus puertas. Vender medicamentos OTC en supermercados u otros retails puede ser un tema interesante, ya que amplía el espectro competitivo al retail, como también bajar las barreras para la importación de remedios que cuenten con los chequeos de bioequivalencia de agencias de alta vigilancia.

En términos de competencia ¿cuál es el aporte de las marcas en el sector farmacéutico?

La posibilidad de generar una marca permite la diferenciación de productos de manera eficiente, en la medida que haya un atributo valorado (calidad) de por medio (reputación, proveedores, procesos de fabricación, efectividad, etc).
La generización va a impedir que los medicamentos se puedan diferenciar por calidad. Al no haber competencia en este aspecto, la calidad baja, porque ya no es relevante para generar una estrategia que permita llegar al consumidor.

La Ley de Fármacos II como está planteada hoy ¿va a cumplir sus objetivos?

No necesariamente, porque algunas indicaciones, como la prohibición de las marcas y la generización, por ejemplo, podrían ser negativas, debido a la alta concentración en el mercado. No es una ley que vaya a tener un impacto positivo asegurado. Vemos una suma de articulados, pero en ningún caso un espíritu profundo detrás para aumentar la competencia, mejorar la calidad y bajar los precios.

Creo que, en ningún caso, esta ley va a lograr satisfacer las expectativas del consumidor.

Aun así, existe la creencia, en diversos sectores del país, que la generización del mercado sí permitirá una baja en los precios…

En estos mercados que son altamente sensibles, el eslogan de algo puede ser más bien dañino. Porque está la idea de que todo lo genérico es más barato. Si eso fuera cierto, yo apoyaría la ley porque significaría que vamos a tener mejores medicamentos y a bajos precios. Pero la generización del mercado no asegura que mejore la calidad. En ese sentido, es probable que terminemos con precios similares o superiores y una calidad inferior.

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