por Asilfa

En el marco del intenso debate que se ha dado, incluso a través de los medios de comunicación, por la Ley de Fármacos II, nos sorprenden los dichos del ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, respecto a que lo establecido en la Ley de Fármacos I no se ha cumplido.

Es necesario recordar que si se está legislando un nuevo proyecto (Ley de Fármacos II) es precisamente como consecuencia de las deficiencias que mostró, a poco tiempo de ponerse en práctica, la Ley de Fármacos I. Muchos de los temas que plantea y que hoy no funcionan fue porque no se escuchó a los laboratorios que participan en la producción de los medicamentos.

El envío de esa primera ley estuvo acompañado por una serie de promesas que no lograron concretarse. Una de ellas fue que los medicamentos genéricos iban a bajar de precio con la bioequivalencia, lo que dista de haberse cumplido. Los genéricos subieron de precio.

Asimismo, se aseveró que el Estado de Chile pagaría menos por los medicamentos, sin embargo, hoy compra más caro que antes de la ley. También se aseguró que los pacientes elegirían libremente el mejor medicamento, lo que es falso pues hoy en las cadenas de farmacias, que concentran el 90 % del mercado integradas verticalmente, el paciente queda a merced del vendedor quien le entrega el medicamento de marca propia de la cadena.

Respecto al fraccionamiento de los medicamentos, medida incluida también en el primer cuerpo legal, resultó impracticable sobre todo para las farmacias pequeñas. Éstas por su estructura y falta de recursos no pueden cumplir con la trazabilidad de un medicamento fraccionado.

Es fácil exigir sin conocer las verdaderas capacidades de un país.

Elmer Torres  

Vicepresidente Ejecutivo Asilfa A.G