Entre sus ventajas se cuenta que no producen sueño, a diferencia de los antialérgicos tradicionales, y su efecto de larga duración, que consiste en el consumo de una sola dosis del medicamento al día.
Aunque las alergias se asocian usualmente a la primavera, esta condición también ataca en otoño a quienes son sensibles a estas reacciones.
“El cambio de temperatura propicia la liberación de elementos desde plantas y árboles, como el plátano oriental, que causan esta reacción en el sistema inmune de las personas”, cuenta Marcela Riveros, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Central.
Dentro de las alergias, una de las más comunes -y molestas- es la rinitis, que provoca congestión y otros síntomas parecidos al resfriado, ya que “esta enfermedad produce una inflamación de la mucosa nasal”, agrega Andrés Glasinovic, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes.
Glasinovic cuenta que en casos de alergia leve, para su tratamiento se puede acudir a los antihistamínicos, medicamentos especializados para estos casos. “Ellos bloquean la acción de la histamina (molécula que produce la alergia) reduciendo los síntomas”, comenta. De esta clase de productos existen los de primera y segunda generación.
Estos últimos, ofrecen “tratar las alergias sin los efectos sedantes de los antihistamínicos tradicionales, además su acción es más rápida y se prolonga en el tiempo, por lo tanto, suelen administrarse con una sola dosis al día”, explica Patricio Henchunir, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa).
Dentro de los antialérgicos de segunda generación destaca la rupatadina que, aunque menos famosa que otros compuestos, garantiza una muy buena recepción.
“Además de bloquear los receptores de histamina, tiene un efecto de acción complementario al ser antagonista de los receptores de Factor Activador Plaquetario (PAF), que también podría ser responsable de las manifestaciones de hiperreactividad bronquial de la alergia”, dice Henchunir.
¿Se puede comparar la rupatadina con los compuestos más antiguos, Patricio?
“En ese sentido, podría ser más eficiente que los antialérgicos clásicos como la clorfenamina (que produce sueño), o la loratadina (que no produce sueño)”, Riveros, de la Universidad Central, destaca que, “hay mayor efectividad al tomar medicamentos de última generación versus aquellos que tienen una duración o una permanencia más corta en nuestro organismo”. A la hora de hablar de la rupatadina, afirma que “ofrece menos efectos adversos”.
Los expertos advierten que en lugar de automedicarse, los pacientes deben acudir a los profesionales de la salud. “Se recomienda consultar con un médico general para diagnosticar la rinitis alérgica y su tratamiento, y a un médico especialista en alergias (inmunólogo) o un otorrinolaringólogo para aquellos casos severos”, afirma el doctor Glasinovic.
Tipos de tratamiento según la gravedad de la alergia
Los antihistamínicos sirven para cuadros leves de alergia. En el caso de los casos graves, los pacientes deben acudir a otro tipo de tratamiento. Andrés Glasinovic, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, los detalla.
Corticosteroides nasales: Reducen la inflamación de la mucosa nasal y alivian la congestión y la secreción. Estos son fármacos más efectivos que los antihistamínicos y se usan para casos de intensidad moderada y severa.
Inmunoterapia (vacunas de alergia): Consiste en la administración controlada de dosis crecientes del alérgeno desencadenante para inducir una tolerancia inmunitaria. Se recomienda principalmente en casos de rinitis alérgica muy severa o cuando los síntomas no mejoran con las otras medidas.
Fuente: Las Últimas Noticias, 6 de abril de 2024.